Fecha 46: “El Ying y el Yang”
Según la cultura oriental el Ying y el Yang significa “dos fuerzas. El ying la mente y el yang el cuerpo, o el bien y el mal respectivamente”. Son los opuestos que conforman el universo. Y que mejor definición para lo que se vivió este jueves en el glorioso Cach Nou, dos equipos totalmente opuestos, uno para bien y otro para mal. Incluso ambas acepciones son correctas, ya que un equipo sólo aporto físico e hizo todo mal, mientras el otro mentalizó el partido y encima se lució con la diferencia.
De un lado se paró el equipo A, con Lucho al arco, Tata y Fede en dupla pétrea defensiva, Juan como mediocampista corre todo y Diega como nueve neto, movedizo y muy molesto. Del lado contrario el equipo B, la otra cara de la moneda, con Martin “me proyecto” al arco, y luego 4chi, Ceri, Dami y Dani. Pido perdón por no colocar los puestos específicos pero, honestamente, no me llegué a dar cuenta dónde jugó cada uno (¿o jugaron en todos lados?).
Antes de pasar a la crónica puntual del partido, vale hacer una salvedad. Sólo tomaré en cuenta el partido hasta el minuto 40, a partir de ese momento y con diferencia de 9 goles, fruto de la frustración el match pasó a ser una especie de película bizarrisima clase B de muy bajo presupuesto, un collage futbolístico de mal gusto que hizo inmensos a unos y ridículos a otros. Si tengo en cuenta esos 20 minutos finales a cada jugador del equipo A debo ponerle 10 y a los del B un rotundo 0.
Ya antes de comenzar el cotejo se pudo observar en la cancha un hecho curioso que hace rato no se ve (al menos quién escribe): la carencia de delanteros netos. Ninguno de los equipos contaba con un 9 de área, como ser Miti, Nico o Marceibu, ese tipo de jugador que más allá de tener un buen o un mal partido, son referentes en el área contraria para el pase, arrastran marcas y están al acecho siempre.
Minuto cero, comienzo de partido y ya se vislumbran los esquemas, el equipo A se planta de entrada con un dibujo muy correcto, Fede y Tata como pilares de la defensa, Juanma como mediocampo neto y Diega re inventado como 9 neto de área (este cronista siempre lo vio en la defensa). El equipo B en cambio se para con un 2 – 2 que, a miedo de equivocarme (por la alta rotación que se dio durante el cotejo), me permito arriesgar que los defensores eran 4chi y Ceri, y los dos mediocampo-delanteros Dami y Dani. Apenas unos minutos después se empezaría a materializar lo que el correcto esquema del equipo A mostraba: 3 – 0 arriba y el equipo B perdido en la cancha. Posicionalmente el planteo del equipo A le permitía mayor movilidad de la pelota, generación de espacios y dominio total del terreno. El equipo B en cambio sufría mucho al momento de dar los pases y de trasladar el balón, y regalaba mucho las espaldas con la trepada constante de sus defensores, dejando un manjar para la arremetida de Juan y para Diega, que se movía de lado a lado del área. También se notó desde el comienzo (y se materializó durante todo el partido) las intenciones del equipo A de ponerle buen pie al balón, de buscar el lujo, el toque sutil, la delicadeza, la cosa de potrero que tanto nos gusta, a diferencia del equipo B el cual, si en algún momento buscó eso, sinceramente no lo encontró.
A medida que corría el tiempo el equipo A contaba con las situaciones pero constantemente las fue dilapidando, y como toda acción tiene su reacción, el equipo B empezó a ganar terreno y a hacerse más sólido en sus ataques, sin mucho orden vale aclarar, pero con mucho espíritu y empuje lograron hacer pie cada vez más en el área rival, hasta el punto que, de la mano de dos hermosos goles (un seudo escorpión del Ceri que de rebote la puso en el ángulo y un cabezazo impecable de Dani, anticipando y cruzándola bien arriba) lograron descontar y fijar la diferencia en tan solo un gol… y ahí apareció el culpable de que el partido durara sólo 40 minutos. Lucho, o la muralla, o la araña, o el cepo, o como gusten llamarle porque para este partido cabe cualquier adjetivo, cerró el arco y se acabó. Así de simple. En el momento en que este cronista imaginó un partido más parejo Lucho decidió cerrar la puerta y dio por tierra cualquier intento de remontada, de sueño, de partido de una hora. Apuntalado en la muy buena defensa que conformaron Fede y Tata, se encargó de sacar cualquier pelota que fuera al arco, de evitar el gol, de frustrar una y otra vez a sus rivales. El resto del cotejo se dilucida por obvia lógica: frustración + desesperación + desconcentración = banquete para el equipo A. Con los constantes despejes de Lucho y la defensa, rápidamente el equipo B perdió la concentración permitiendo que el equipo A, que nunca se fue de partido, sacara un mayor provecho aún de su juego y clavara en pocos minutos una diferencia que, a 20 minutos del final, dio por terminado el match con justicia y contundencia.
El Ying y el Yang, el bien y el mal, el orden y el caos.
- Premio Terminador: Vacante. Curiosamente para la calentura que había, no hubo un golpe para recordar. Que siga así!!!
- Premio Muralla China: Lucho.
- Premio Ghandi: Equipo B. Se comió una goleada histórico, incluidos algunos lujos como la amasada cañogol del Tata a Ceri y aún así no se les fue la gamba.
- Premio Maradona: Lucho nuevamente.
- Recaudación: Cero por reembolso. Al minuto 50 la gente hizo piquete en las ventanillas al grito de “pagamos por una hora de fútbol y nos dieron 40 minutos”.
Puntaje
Equipo A
Lucho 10
Tata 7
Fede 8
Juanma 8
Diega 8
Equipo B
Martins 4
4Chi 5
Ceri 5
Dami 6
Dani 6